Para la pequeña comunidad de indígenas naso en Panamá, el telón de 2009 se abrió a una desconsoladora escena de conflicto en torno a la prolongada demanda del pueblo nativo de que se respeten su territorio y sus recursos naturales. Al ver que la maquinaria pesada demolía sus casas y desgarraba su tierra, los habitantes de San San Druy en la provincia de Bocas del Toro al norte del país blandieron machetes, arcos y flechas, lanzas y cocteles molotov para repeler a los intrusos.
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