En medio de los escándalos de corrupción y de la creciente ola de crímenes, que marcaron el inicio de 2010, se anunció el viaje del presidente Ricardo Martinelli – en su flamante avión donado por China-Taiwán – a la reunión anual de magnates capitalistas en Davos, Suiza. El presidente Martinelli se escapó sin mayores explicaciones y sin informar cuales eran sus objetivos. Si alcanzó a anunciar que antes de cruzar el Atlántico, haría una escala en Tegucigalpa. En esta capital centroamericana pasó a darle un espaldarazo a Porfirio Lobo, quien se apropió de la presidencia de ese país de manera fraudulenta.Martinelli se sintió solitario en la patria de Morazán ya que los gobiernos latinoamericanos no asistieron a la ceremonia. EEUU quedó aislado ya que nadie reconoció los resultados electorales.
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