El Gobierno de Ricardo Martinelli asegura que no tiene nada contra los periodistas, pero además del hostigamiento a los medios locales se está acostumbrando a no permitir la presencia de testigos “molestos”. El día 21 de enero, Migración de Panamá no permitió la entrada a la periodista canadiense Rosie Simms. Cuando a Simms le impidieron entrar al país, no se le dio ninguna razón que lo explicase. La Libertad de Prensa en Panamá parece papel mojado y los testigos del despojo territorial y de la violación de Derechos Humanos y Ambientales no son bienvenidos.
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